APUNTES HISTORICOS
El 12 de Julio de 1886 un grupo de profanos y algunos masones convocados por el Sr. Don Jaime Noguera decidieron fundar un Asilo Particular para mendigos nombrándolo “La Misericordia”, radicando sus oficinas en el propio asilo, situado en la calzada de Buenos Aires números tres y cinco en la barriada de hoy Municipio Cerro.
En su primer Reglamento se recogen los fines de la naciente Institución:
– Primero Librar al ser humano de la miseria que obliga a la mendicidad, priva de hogar y precipita al vicio.
– Segundo Proporcionar al asilado cómodo albergue, decoroso vestido y abundante y sana alimentación.
– Tercero Proporcionar también asistencia espiritual y médica.
– Cuarto Propender que los asilados abandonen sus vicios, excitándolos al bien, dándoles la instrucción conveniente y proporcionándoles ocupación, según sus aptitudes, dentro o fuera del establecimiento.
“Serán admitidos, siempre que sean mayores de veinte años y sin distinción de razas, sexo y edad, todos los individuos que para vivir necesiten de la caridad pública, aunque esto sea a consecuencia de vicios, por consiguiente, todos los que carezcan de morada, duerman o instalen en los portales, plazas y paseos, pernocten en edificio municipal y los que sean remitidos por autoridad competente.”
Es una labor ardua la que se proponen los fundadores encabezados por el Sr. Jaime Noguera Rosés quien puso idea, nombre, dinero y esfuerzo para levantar y hacer funcionar el asilo en condiciones tan difíciles, por ello merece nuestra gratitud, admiración y respeto.
En la primera década del siglo XX viene a formar parte de la Directiva el V.·. H.·. Enrique Llansó Simoni y con él otros hermanos. La situación económica en los primeros años de la República es precaria y como es natural ésta se refleja en el asilo “La Misericordia”, tiene deudas, los propietarios de el edificio quieren demolerlo para vender el terreno, el Asilo está en una crisis económica desesperada desde hace algunos años.
En Julio de 1917 se constituye una Junta Directiva integrada en su totalidad por masones, presidida por el V.·.H.·. Enrique Llansó Simoni y la colaboración de los siguientes hermanos:
V.·.H.·. Enrique Varela Cárdenas, Vice Presidente Primero
V.·.H.·. Luis M. Sabater del Pozo, Vice Presidente Segundo
V.·.H.·. José M. Estapó Pagés, Contador
V.·.H.·. Pablo Yodú Hernández, Tesorero
V.·.H.·. Antonio Conejo Caro, Secretario
Y como Consejeros los siguientes VV.·. HH.·. Antonio de la Piedra González, Antonio Ruíz Rodríguez, Francisco Sánchez Curbelo, Gerardo Betancourt, Aurelio Silvera, Juan de la Cruz Alsina, Aurelio Miranda Alvarez., Fernando Figueredo Socarrás, José Escandell Pujol, Federico de la Paz, Felix V. Preval, José Luis Hevia, Federico S. Gispert, Lisardo Mufloz Sanudo, Pompilio Escobar, Erasmo Regueiferos Boudet, Calixto Fajardo Roselló, Carlos Francisco M. Fernández, José Santiago, Antonio Escandell Moré, Daniel Gispert, José Escandell Moré, Pericles Sorís de la Torre, Miguel González Ferrer, Antonio Hidalgo, Tomás Frías, Gregorio Menéndez, Gregorio Alonso, José Couriel, Celestino Suárez, Dionisio Peón Cuesta, Ciro Nestre Boltá, Hermenegildo Landa Varela, Ramón Garganta Puig, Francisco de Paula Rodríguez y Valdés, Andrés Avelino Orta.
Administrador: Calixto Fajardo Roselló.
El primer problema que confrontó la nueva directiva fue el edificio donde radicaba el Asilo “La Misericordia” que no mantenía las condiciones indispensables para su normal desenvolvimiento, el adeudo de varias mensualidades y el de los propietarios que deseaban derrumbar el edificio para vender el terreno y sacar mejor provecho. La nueva directiva encabezada por el V.·.H.·. Llansó se da a la tarea de reorganizar el Asilo y deciden construir un edificio más apropiado. Adquirieron miles de metros de terreno en el km 9 de la carretera de Bejucal y el domingo 8 de febrero de se inauguró el nuevo asilo “La Misericordia”. En la década de años 50 se construyeron varias “casitas” para matrimonios albergados.
A lo largo de su historia, por sus pabellones han desfilado miles de albergados, algunos de ellos, que en épocas anteriores habían disfrutado de cuantiosas fortunas, como es el caso de el eminente masón cubano y dueño de fábricas de tabacos en Tampa y Cayo Hueso, Remigio López , que vivió y murió en el Asilo. Allí residieron las viudas de los inolvidables hermanos Calixto Fajardo y Miguel de la Torre, también murió en el “Asilo” la madre del inolvidable pitcher del baseball cubano José de la Caridad Méndez, conocido por “El Diamante Negro”.
Vinculados al Asilo como consejeros lo fueron los venerables hermanos Martín Herrera y José Dolores Poyo, amigos y colaboradores de José Martí. En el asilo también funcionó una escuela nocturna para obreros y una diurna para niños así como una “Escuela de Yoga”
Al fallecimiento del Ilustre Ex-Gran Maestro Enrique Llansó Simoni, ocurrido el martes día 5 de Julio de 1932, se le cambia el nombre de Asilo” La Misericordia” por el Hogar Nacional Masónico “Llansó” en honor al ilustre masón.
En la actualidad el Asilo cuenta con capacidad para albergar 90 masones o familiares de masones, además se ha construido en el cementerio del municipio de Arroyo Naranjo, lugar donde radica el Asilo, un modesto Panteón exclusivamente para los asilados cuyos familiares lo soliciten.
Actualmente, las Logias de la Jurisdicción envían donaciones al Asilo y también se reciben donaciones en efectivo y en medicinas de Grandes Logias amigas que ayudan a sostener una obra que es orgullo de la Masonería Cubana de ayer, de hoy y de siempre.